Kuala Lumpur está a una hora de vuelo desde Singapur (5 horas en autobús), así que estando en Singapur resulta super fácil, e incluso super barato pegar un saltito a esta metrópli malaya. No es de extrañar que Malasia, al igual que su vecino Singapur, sea cuna de una variedad cultural, étnica, arquitectónica e incluso gastronómica impresionante.
No me imaginaba que Kuala Lumpur estuviera entre las 10 más vistadas del mundo. Y allí llegué yo con un presupuesto de risa. Por 250 dólares compré vuelos desde Singapur ida y vuelta con dos noches de hotel para dos personas.
Recaudé un poco de información por las redes y hasta Kuala Lumpur me fui y me sorprendió esta enorme ciudad y mucho. Sus 6.5 millones de habitantes conviven "tranquilamente" entre colores, mercados, templos, religiones, olores. Su tráfico, bastante caótico, apabulla un poco pero los malayos en general no hacen mucho ruido. Me hizo gracia que en las grandes avenidas, cuando quedan pocos segundos para que cambie el semáforo a verde hasta el muñequito de las señales corre (tal cual). Allí llegamos bajo un torrencial aguacero y el taxi que nos llevaría al hotel en menos de 15 minutos se quedó no varado sino más bien envuelto en una maraña de vehículos interminable a causa de una vuelta ciclista programada para aquel día, así que llegamos al hotel más de una hora después .
El taxi nos paseó por el centro de Kuala Lumpur, un lugar repleto de enormes edificios que quieras que no, impone. Numerosos centros comerciales, modernas edificaciones, amplias calles y hasta una estatua a la fruta nacional: Jack Fruit.
En cuanto amainó la lluvia, nos paseamos a pie por aquel centro y allí, en medio de todo, divisamos las torres Petronas coronando la ciudad, imponentes, brillantes y aunque fueron destronadas de su record de altura, te siguen dejando sin aliento sus 88 pisos, su arquitectura, sus cristales y no digo por dentro que poco le falta para ser una ciudad de cristal.
Nada más tuve oportunidad probé el plato oficial del país: Nasi lemak. Lleva arroz cocido en leche de coco y pollo frito. Va acompañado de salsa picante, anchoas, maní tostado y huevo.cocido. No está mal, pero no creo que sueñe con volver a comerlo y la salsa estaba picante de verdad.
Chinatown y Jalan Petaling Street
Siendo un 24% de la población de Malasia de origen chino, no podía faltar un barrio chino, Cómo no? Y por supuesto había que visitarlo ya que cada barrio chino en el mundo tiene personalidad propia. Este en particular tenía numerosos puestos de venta de réplicas de marcas famosas y un organizado caos
Central Market
No puedes visitar Kuala Lumpur sin pasar por su mercado central fundado en 1888. No es nada del otro mundo pero es simpático, silencioso y la visita la puedes aprovechar para comprar souvenires. Además venden frutas tropicales ;) Lo que más me gustó fue la enorme cometa (Chichigua, papalote) que adorna uno de los laterales del mercado. Esta cometa con forma de mariposa representa el símbolo nacional de Malasia
KL Tower
Mezquita Nacional de Malasia (Masjid Negara)
Turistiando en Kuala Lumpur es visita de rigor la Mezquita nacional, una de las más importantes mezquitas de Malasia. A mí no me pareció nada espectacular pero sí diferente con su techo estrellado de 13 picos (representan los 13 estados malayos), su alto minarete y por supuesto me llamó la atención su tamaño pues caben 15000 personas en ella. Para entrar estás obligado a quitarte los zapatos y cubrirte la cabeza. Yo elegí ponerme el hiyab que te ofrecen a la entrada aunque en los tiempos que estamos viviendo el uso del jihab sea tan controvertido a raiz de los actuales acontecimientos en Irán. Para mí la diferencia la marca la posibilidad de elegir si quiero llevarlo o no así que considerando que inmediatamente después de la visita puedo volver a la normalidad con mi cabeza descubierta y aquello de que si a un país fueres, haz como vieres, muy sonriente me puse todo "el disfraz"
Batu Caves
De todas las visitas que hicimos en Kuala Lumpur , la visita a las cuevas Batu fue la que más me gustó. Este es el santuario hindú más conocido fuera de la India. Una experiencia impresionante, interesante e inolvidable y que me hubiera gustado hacer con más tiempo para poder acceder a todas las cuevas. Nuestro guía nos condujo a las afueras de Kuala Lumpur unos 15 kilómetros. Atrás dejabamos los grandes y "ricos" edificios para encontrarnos con viviendas multifamiliares que hablaban de pobreza y probablemente hacinamiento. Al menos eso me pareció.
Llegamos a la entrada de la cueva principal y me quedé sin palabras al encontrarme con una gran estatua dorada de 42 metros de altura del Dios Murugan (el dios de la guerra y de la victoria, hijo de Shiva y Parvati) Es una pasada!
Cuando se me pasó el asombro (al menos disminuyó un poco) pude apreciar las formaciones de piedra caliza y una escalera de colores super instagrameable de 272 peldaños que dan paso a una serie de cuevas naturales y templos que fueron descubiertos en 1878. El lugar es considerado como patrimonio de la humanidad.
Mientras subíamos las escaleras una cantidad increíble de monos nos observaban o los turistas los observaban a ellos. Entras a la cueva principal y alucinas, pero a mí me dio mucha pena la cantidad de basura, bolsas y botellas plásticas que los turistas van dejando por allí y eso hace que pierda un poco el misticismo. Creo que la presencia de los monos también colabora con la sensación de descuido del lugar, pues los micos en cuestión roban comida y van dejando restos por todas partes.
Nuestro tiempo era limitado y nos quedaron cuevas por ver, pero me encantaría volver aunque espero que esté más limpio el lugar la próxima vez
Templo Thean Hou (Templo de las Luces)
Y allá que nos fuimos a visitar un templo chino, no faltaría más. Este por cierto era muy diferente del templo que visitamos en Singapur por su mezcla de elementos budistas, taoistas y confusionistas. Tradiconal y moderno a la vez, por supuesto que el color rojo dominaba el lugar pero de alguna manera me pareció menos dorado. Eso sí un montón de farolillos colgando no dejan duda de que estás en un templo chino. Por momentos sentía que estaba dentro de una película. Es un lugar muy bonito sobre una colina desde la que se puede observar el skyline de Kuala Lumpur y el templo iluminado al atardecer es una gozada. Una anécdota simpática que nos pasó fué que como veíamos los "feligreses" encender 4 palitos de incienso y dejarlos plantados en una fuente de arena frente a uno de los altares, decidimos hacer lo mismo, claro que sí. Pero nuestros palitos se apagaban inmediatamente mientras que los demás permanecían humeantes. Lo intentamos un par de veces y no más "plantarlos" se apagaban, hasta que un chino que andaba por allí se percató de nuestro despiste y nos mostró que encendiíamos el palito por el lado contrario. Jejeje qué tontas! Espero que le haya pasado a más personas pero seguro que el chino cada vez que se acuerde de nosotras se partirá de la risa.