Hoy se cumplen 7 años de la desaparición del Boeing 777-200ER de Malaysia Airlines, matrícula 9M-MRO, cuando operaba un vuelo nocturno entre el Aeropuerto de Kuala Lumpur y Beijing, China.
El avión despegó a las 00:41LT del 8 de marzo de 2014, de Kuala Lumpur, con 227 pasajeros y 12 tripulantes, debía llegar a su destino a las 06:30 de la mañana hora de Beijing, pero se perdió contacto con él poco después de salir de la zona de cobertura de radar de Malasia.
Se suponía que el avión, al salir del área de control de Malasia, entraría al espacio aéreo de Vietnam, pero este país negó haber tenido contacto de radar con el vuelo en ningún momento. Información no oficial dice que el ejército de Malasia lo detectó cruzando la isla de Palau Perak en el Estrecho de Malaca, pero el contacto del radar no daba información sobre el vuelo.
Para esto debió girar hacia el oeste luego de perder el contacto del radar de Malasia para no ser detectado, y luego de cruzar el Estrecho de Malaca tenía enfrente el Océano Índico, por lo que su localización es más difícil que hallar una aguja en un pajar.
De acuerdo con los datos de observaciones satelitales, mostraron que tanto el transpondedor como el ACARS del Boeing 777 de Malaysia fueron intencionalmente deshabilitados y que todo indica que los movimientos del avión coinciden con acciones deliberadas de quien estaba a los controles del mismo. Pero de ese punto el avión tenía combustible para volar otras 7 horas y media.
El Primer Ministro de Malasia entonces, Najib Razak, dijo en una conferencia de prensa el 24 de marzo del mismo año que ubicaban al avión en el Océano Índico en un punto al oeste de Perth, Australia, por lo que Malasia, China y Australia acordaron trabajar en equipo para buscar el avión.
Pasó un año sin que se encontrara nada del avión a pesar de haber peinado una zona de 60,000 km2, y aunque los países siguieron comprometidos en mantener la búsqueda, calificaron el caso como sin precedentes en la aviación por su complejidad técnica.
En julio de 2015 fueron hallados en la Isla Reunión, al este de Madagascar, ciertos restos metálicos que, luego de un análisis, confirmaron que se trataban de restos del Boeing 777. En febrero de 2016 fueron encontrados algunos más en la costa de Mozambique, lo que da cierta certeza de que el avión debió caer en algún lugar del Océano Índico, pero nada más. Finalmente, a pesar de todos los esfuerzos, en enero de 2017 se suspendió la búsqueda con la posibilidad de reabrirla si se encontraban más pistas.
A pesar de no haber vuelto a saber nada del avión de Malaysia ni de las personas que viajaban en él, hay varias conclusiones que sí se pueden sacar a partir de lo que se sabe.
Alguien con conocimiento completo del avión estaba al mando porque desactivó las comunicaciones e hizo cambios de rumbo y altitud en donde sabía que no sería detectado hasta que estuviera lejos, por lo que conocía bien la zona y la ruta a seguir. Si fue alguien externo a la tripulación tampoco se puede saber.
Aunque una hipótesis plantea la posibilidad de que uno de los pilotos lo hubiera hecho por un intento suicida, no hubo evidencia médica/psicológica que avale esto, pero se encontró evidencia en el Flight Simulator del Capitán Zaharie Ahmad Shah, que había hecho simulaciones de una ruta parecida a la que siguió el avión, un mes antes.
Los restos hallados hasta el momento fueron encontrados en las costas de Mozambique y Madagascar.
Flaperón encontrado:
Fuente: El país, la prensa, fotos de DW y Airgways